sábado, 1 de diciembre de 2007

Comportamiento Antisocial.

" Al Profesor con Cariño"
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Sin que se pretenda, que lo asentado sea un tratado de este fenómeno escolar, lo expreso porque en múltiples ocasiones fue motivo personal de preocupación, como directivo y como profesor. Como “profe”, siempre mantuve el control de mis alumnos y en la Preparatoria no. 3 de la UAN, era el único que no recibía baño el Día del Estudiante, las matemáticas que impartía, eran suficiente coraza de protección.

Como Jefe de Enseñanza, en la secundaria general de la Peñita de Jaltemba tenían un grupo que “daba miedo” a todos sus profesores y Alicia Vázquez, integrante de mi Academia de Matemáticas y ex-alumna apreciadísima en la Escuela Normal Superior, se coludió con sus compañeros, haciéndome la diablura cariñosa de dejarme al frente del grupo en una supervisión técnica. En realidad era súper especial, hubo necesidad inclusive de levantar “un poquito” el tono de la voz y fruncir el ceño, en diez minutos el grupo estaba controlado y en el resto de la sesión, con interrogatorios orales de cálculo matemático los tuve como “gatitos recién bañados”. Alicia se justificó diciéndome: “lo hice para que se dieran cuenta mis compañeros profesores de la capacidad de mi maestro”. Motivación, dominio de la materia, conducción acertada, actividad constante, reflexión y comunicación, fueron la clave, porque, el grupo lo ameritaba.


Los problemas de comportamiento de los alumnos principalmente del nivel medio inferior, siempre, desde que tengo uso de razón, han sido valga la redundancia, tema del día y de todos los días, entre los y las docentes. Infinidad de veces, se escucha la queja sentida sobre el comportamiento de los alumnos que les tocó atender en el año lectivo, cada nuevo curso es peor que el anterior, ¿ será que el o la docente, conforme transcurre el tiempo se hace más sensible?, pero no solo
ellos, también directivos y trabajadores de la institución, les pega la “gripe de cada año”. Los que se lamentan se quejan: que alumnos nos tocaron, están insoportables, cada año están peores, ya no los aguanto, cada vez más groseros con las compañeras, no son como los del año pasado, son más salvajes, etc. Los que quieren ser compresivos argumentan: son los tiempos, están en el renacimiento, quieren experimentar,¡ah! los muchachos de ahora, ni modo... tenemos que aguantarlos, etc.

Son seis los tipos o categorías de comportamiento antisocial entre los que debemos diferenciar:

. Disrupción en las aulas: impiden con su comportamiento el desarrollo normal de la clase
· Problemas de disciplina: conflictos entre profesorado y alumnado.
· Maltrato entre compañeros: intimidación y victimización entre iguales.
· Vandalismo y daños materiales: violencia contra las cosas.
· Violencia física: violencia contra las personas.
· Acoso sexual: fenómeno de manifestación oculta que se dirige a compañeras o compañeros menores, que permiten la intimidación o la pretensión erótica.

Con lo anterior, creo que es más que suficiente para entender y comprender, lo que es el comportamiento antisocial de los muchachos que tenemos que educar. Hay otras manifestaciones de ello, que aunque vayan en el mismo costal, requieren consideración especial, ejemplo, la violencia con armas blancas y de fuego, la drogadicción y la prostitución como las sucedidas en USA y otros países. Para aumentar el conocimiento del fenómeno, doy a conocer el siguiente testimonio que me hizo llegar mi amigo, Armstrong Free Lance, éste la encontró en Cartas al Director del Diario LA VERDAD de Murcia y me la hace llegar y yo la doy a conocer, para que vean que en “San Juan también hace aire”.

Lo que debes hacer en clase todos los días.

(sic) No traigas material a clase (ya sabes, libros de texto, libretas o bolígrafos). Queda muy bien y muy fashion pedir cualquier cosa a un compañero y si además es gritando de un extremo a otro de la clase, mejor. De verdad, es muy de Gran Hermano.
Destroza el español con abreviaturas como las que emplearás en los mensajes de texto de los teléfonos móviles o en la red internacional. Quéjate de todo o de casi todo. No tengas en consideración a nadie. El respeto no va contigo. Si no pisas el primero, te pisan. No dejes de hacer lo que los gusanos en ningún momento.
Utiliza anglicismos continuamente y olvídate de palabras nuevas. No toques un diccionario, no seas raro (A ver si te vas a poner malo, tío)
Lucha porque tu lengua, la española, sea una especie de Spanglish. Renuncia a tu identidad lingüística de una vez. Sé moderno, chaval. Repite expresiones que todos conocemos y que ninguno imita tan bien como tú: Mola, superguay, te doy dos yoyas, que passa tío.
Cuando estés en clase y entre un profesor o profesora, tú disimula, como si no entrase nadie porque el profesor es el último mono ( y probablemente, el más avanzado de la especie. No tiene sentido sentarse o guardar silencio ya que el profesor no tiene nada que hacer en la escuela. El primero que debería callarse es él. Tú estás en clase, y te has molestado en madrugar, ¿o no?.
En caso de haber traído mochila a clase con libros o lo que sea, no vacíes el interior de la misma en la mesa, espera a que el profesor te lo recuerde o te llame la atención. Y, ¡cuidado!, al material escolar no le conviene mucho marearlo fuera de la bolsa.Todo lo que se te pase por la cabeza, grítalo con urgencia.No cierres la boca. Nunca te pares a pensar. Habla sin cesar, toda la hora.
Los profesores son unos señores que no te entienden y te están empezando a tener manía. Tú no molestas nunca a nadie, al profesor le importas un pimiento.
No te pongas en la situación del otro. No pienses que el profesor es una persona.
Su trabajo es, desde luego, mucho menos importante que el trabajo de cualquier persona y, por descontado, mucho menos importante que el de tu padre, por ejemplo.
Ni se te ocurra pensar qué es lo que haría tu padre si fuese profesor al oír una mala contestación o, aún mejor, si tú fueses profesor o profesora. Demuestra que no te importa nada de lo que se hace o se habla en clase todos los días. Quéjate de todo: el profesor no nos da descanso, nos agobia, hace mucho calor, no hay aire acondicionado, no puedo salir a los 5 minutos de iniciar el examen. A este profesor le molesta que hablemos en clase; y podemos hablar aunque otra persona esté hablando.
Exige siempre la urgencia de ir a los aseos en medio de una clase. Come chicles y chucherías en clase. Para eso se viene al colegio, ¿o no? Ya sólo falta conseguir alcohol y tabaco en clase.
Házte importante en clase, insulta a alguien o enfréntate a los profesores porque no hay nadie como tú. La escuela es un mal lugar, este lugar no es un templo. El estudio, el esfuerzo y los libros son odiosos e innecesarios. Nos tienen manía. Es la vieja historia de siempre.
A nosotros al menos nos obligan en casa a venir a clase, y el Estado español no nos garantiza este derecho a recibir una educación obligatoria, y además consiente y protege el deber de todos a aprender.

“To Sir, With Love”

Esta película se titulaba en nuestros cines “al profesor, con cariño”. Es una historia del año 1967 y tenía lugar en un colegio de los suburbios de Londres. El profesor era precisamente un profesor improvisado, pero tenía otros sueños. Lo que se encontró en el aula, y en el ambiente del instituto fueron problemas de convivencia entre los alumnos: desgano por aprender, problemas familiares, desadaptación social y “me importa madrismo”, entre el profesorado, falta de colaboración, evasión de responsabilidades y “me vale gorro todo” y de los padres: incomprensión, desatención y abandono de los intereses de sus hijos. El “Sir” estuvo apunto de desertar del compromiso ante la gran problemática planteada por sus chicos y chicas, pero el reto se impuso ante los libertinajes e inclusive a los intentos de agresión física. Entendiendo, persistiendo, responsabilizándose y tolerando, logró al fin establecer su código de conducta, tan simple, como respetar al otro siempre, entender a quien no sabe, saber que a la escuela se va a aprender y a participar, y que en casa la labor de aprendizaje continúa. Al final del film, el "Sir" recibe una no despreciable propuesta de trabajo que lo haría salir de ese ambiente, la cual destruye, al ver a sus pupilos del nuevo año lectivo que al parecer son peor que los de un año antes, quedándose como verdadero "profesor de banquillo". Con un gran actor como Sydney Poitier, un fondo musical hermosísimo que se hizo clásico y un argumento que llega al alma de los que fuimos docentes, mientras se enjuga las lágrimas se termina queriendo verla de nuevo.

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