LEY CUESTIONADA
Educomentarios. Firje
MAMOTRETO LEGAL. Con respecto a la adición hecha al artículo 207 del Código Penal, en la cual se asienta que serán castigados aquellas personas que utilicen los medios de comunicación para difundir información falsa que provoque temor en los diferentes sectores de la sociedad o atente contra las instituciones del gobierno, los periodistas entrevistaron al diputado Manuel Narváez Robles, quien contestó a sus planteamientos sobre el agregado de referencia de esta manera explícita e inteligente: "los periodistas sanos, que se dedican a la información veraz y que tratan de ayudar con su trabajo ni siquiera tienen objeciones y no tienen de que preocuparse".
SANOS O ENFERMIZOS. Es obvio que la declaración despierta suspicacias por los términos utilizados para fundamentar el planteamiento hecho por el diputado, porque al destacar a los “periodistas sanos”, es obvia la existencia de los “periodistas enfermizos”, estoy suponiendo, que sano es referencia de recto y todas sus sinonimias y no de fortaleza física, pero enfocando este párrafo a los periodistas rectos que son íntegros, morales, honestos, probos, etcétera, es claro porque además así lo dice, que a quienes se refirió son a los veraces y no a los embusteros que no tienen las virtudes de rectitud, aun cuando en la realidad que se vive y porque la “verdad no peca pero incomoda”, los veraces no están dentro de los periodistas que ayudan con su trabajo, entonces, son los periodistas rectos los que se objetan y deben de preocuparse del engendro legal de la XXIX Legislatura y me refiero a ésta para no atentar contra la sacrosanta institución de gobierno que es el H. Congreso del Estado. Indudablemente, los embusteros seguirán medrando a base de seguir mintiendo para esconder las debilidades y las fallas de los funcionarios y no serán ellos los expuestos a que se les pueda aplicar el rigor de la ley.
JUSTO Y NECESARIO. Sin embargo, el titular de la Procuraduría General de Justicia, Héctor Manuel Béjar Fonseca, al respecto de la adición al Codigo Penal, aseguró: "desde el más encumbrado de los empresarios propietarios de un diario o de una televisora hasta el más modesto de los trabajadores que es el repartidor, jamás serán tocados por la reforma aplicada al Código Penal del Estado. Fiel a su costumbre, el Procurador fue categórico, emotivo y hasta dialéctico cuando afirmó: “Los periodistas son gente crítica que señalan conductas negativas inclusive de la procuraduría y sus colaboradores”. Agregó además, que jamás de su parte habrá ninguna persecución en torno a esto, solo se le dará seguimiento a los casos en donde se detecte perversidad, lo que, me parece más que justo.
PIOS Y MALIGNOS. De todo lo comentado en la prensa sobre la adición al Codigo Penal, me quedo con este párrafo del periodista que le dio nombre: “Lo curioso de la Ley Quiqueto es que quienes la aprobaron, actuaron de acuerdo a sus conciencias, por lo que pudieron obrar en forma pía o en forma maligna, pues al igual que los irredentos que buscan el anonimato, no les estorbaron jamás los errores de apreciación y tanto los justicieros como los justiciables, cayeron en la misma báscula del desprestigio”. Dicho de otra manera y por el mismo autor: “Este tipo de leyes denigra tanto a quienes provocaron con sus actitudes su aparición, como a quienes la aprobaron”.
Educomentarios. Firje
MAMOTRETO LEGAL. Con respecto a la adición hecha al artículo 207 del Código Penal, en la cual se asienta que serán castigados aquellas personas que utilicen los medios de comunicación para difundir información falsa que provoque temor en los diferentes sectores de la sociedad o atente contra las instituciones del gobierno, los periodistas entrevistaron al diputado Manuel Narváez Robles, quien contestó a sus planteamientos sobre el agregado de referencia de esta manera explícita e inteligente: "los periodistas sanos, que se dedican a la información veraz y que tratan de ayudar con su trabajo ni siquiera tienen objeciones y no tienen de que preocuparse".
SANOS O ENFERMIZOS. Es obvio que la declaración despierta suspicacias por los términos utilizados para fundamentar el planteamiento hecho por el diputado, porque al destacar a los “periodistas sanos”, es obvia la existencia de los “periodistas enfermizos”, estoy suponiendo, que sano es referencia de recto y todas sus sinonimias y no de fortaleza física, pero enfocando este párrafo a los periodistas rectos que son íntegros, morales, honestos, probos, etcétera, es claro porque además así lo dice, que a quienes se refirió son a los veraces y no a los embusteros que no tienen las virtudes de rectitud, aun cuando en la realidad que se vive y porque la “verdad no peca pero incomoda”, los veraces no están dentro de los periodistas que ayudan con su trabajo, entonces, son los periodistas rectos los que se objetan y deben de preocuparse del engendro legal de la XXIX Legislatura y me refiero a ésta para no atentar contra la sacrosanta institución de gobierno que es el H. Congreso del Estado. Indudablemente, los embusteros seguirán medrando a base de seguir mintiendo para esconder las debilidades y las fallas de los funcionarios y no serán ellos los expuestos a que se les pueda aplicar el rigor de la ley.
JUSTO Y NECESARIO. Sin embargo, el titular de la Procuraduría General de Justicia, Héctor Manuel Béjar Fonseca, al respecto de la adición al Codigo Penal, aseguró: "desde el más encumbrado de los empresarios propietarios de un diario o de una televisora hasta el más modesto de los trabajadores que es el repartidor, jamás serán tocados por la reforma aplicada al Código Penal del Estado. Fiel a su costumbre, el Procurador fue categórico, emotivo y hasta dialéctico cuando afirmó: “Los periodistas son gente crítica que señalan conductas negativas inclusive de la procuraduría y sus colaboradores”. Agregó además, que jamás de su parte habrá ninguna persecución en torno a esto, solo se le dará seguimiento a los casos en donde se detecte perversidad, lo que, me parece más que justo.
PIOS Y MALIGNOS. De todo lo comentado en la prensa sobre la adición al Codigo Penal, me quedo con este párrafo del periodista que le dio nombre: “Lo curioso de la Ley Quiqueto es que quienes la aprobaron, actuaron de acuerdo a sus conciencias, por lo que pudieron obrar en forma pía o en forma maligna, pues al igual que los irredentos que buscan el anonimato, no les estorbaron jamás los errores de apreciación y tanto los justicieros como los justiciables, cayeron en la misma báscula del desprestigio”. Dicho de otra manera y por el mismo autor: “Este tipo de leyes denigra tanto a quienes provocaron con sus actitudes su aparición, como a quienes la aprobaron”.
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