viernes, 17 de abril de 2009

ALGEBRA DE BALDOR


HIPOCONDRIA MATEMATICA


EDUCOMENTARIOS
Enrique Figueroa Romero


El mensaje virtual ¿Quién se acuerda del Algebra de Baldor?, circula por internet y en él se relatan pasajes de la biografía y referencias del ideario social pedagógico y político de Aurelio Ángel Baldor, célebre pedagogo que aportó a la enseñanza aprendizaje de las matemáticas en los niveles de secundaria y preparatoria, principalmente sus libros, Aritmética, Algebra y Geometría y Trigonometría. El mensaje tiene un contenido que pretende recordar lo meritorio del matemático pero subrayando el drama que se ensañó con la familia Baldor en los días posteriores al triunfo de la Revolución Cubana en 1959. Inobjetablemente que su edición fue acrisolada en Miami, Florida y su difusión ha de ser tarea de miles de inmigrantes cubanos establecidos en Miami USA, claro, por las razones políticas, económicas y de vida que los mexicanos conocemos mejor que los emigrados de cualquier parte del planeta que a diario, van en busca del american way of life.

Me deleité con el mensaje que rememora lo significativo del Algebra de Baldor, pero lo hice, con la misma nostalgia que a Baldor le produjo el haber abandonado Cuba después de haber nacido y vivido ¾ de su vida en ella, este modesto paralelismo sentimental lo siento y lo entiendo, porque es semejante a la tristeza que me embarga estar alejado de la Didáctica de las Matemáticas después de los ¾ de mis 46 años de ejercicio docente. Le agradezco a MAROGA, amiga de muchos años, el que me lo haya enviado y lo hizo, conociendo que me emocionaría recordar a Baldor y porque como a muchos que le debemos tanto, hasta hoy, al margen de sus aportaciones, nunca me había detenido a pensar en quién era Aurelio Angel Baldor . Supe de la existencia de los textos de A. Baldor, cuando en 1963 consulté a mi maestro Josué González sobre unos textos para aprender matemáticas sin necesidad de maestro, él me los recomendó como "textos que hasta un albañil sin haber cursado la escuela podría estudiar y sobre todo aprender". Después conocí a profundidad y en toda su extensión los de Smith, Lheman, Phillips, Landaverde y otros que le precedieron, pero ningún autor tuvo la aceptación de los textos de Baldor, los cuales, son parte de mis inolvidables sentimientos matemáticos.

Mi génesis matemática es baldoriana y está apuntalada en la Aritmética, la Geometría y sobre todo, el Algebra de Aurelio Baldor, compendios matemáticos con los cuales autodidácticamente me inicié en una de las grandes emociones compartidas con Manuel Ramírez, con Miguel González “El Puga”, con Angel Estarrón y con mi maestro Benjamín de la Peña, el aprendizaje y la enseñanza de las matemáticas. Entre los años 40 y 50, los libros de Baldor fueron la herramienta para entender lo inentendible y para convivir con el terror que producía estudiar matemáticas. Después de Baldor, vinieron otros textos de otros autores, pero todos tenían mucho o poco el contenido de sus libros y aun cuando, por razones injustificables se les dio carácter de obsoletos, los nuevos compendios entre su bibliografía incluían los textos baldorianos, los cuales, a “hurtadillas” eran utilizados por maestros y alumnos.

Dejando a un lado hasta donde se pueda, las expresiones de carácter político del mensaje virtual y privilegiando las humanas, pedagógicas y científicas de este insigne maestro de matemáticas, es justo destacar lo más significativo de su paso por éste mundo.
· Su libro de Algebra: es el más consultado desde la frontera con USA hasta la Tierra de Fuego; por “tenebroso, misterioso e indescifrable” es el libro que más angustias ha causado a los estudiantes de bachillerato con sus misceláneas de ejercicios; y, no obstante los cientos de miles de algebras y aritméticas que se vendían anualmente entre los años 40 y 50, por haber vendido sus derechos, en el exilio vivió de la docencia.
· Baldor el educador: durante los años cuarenta y cincuenta fue en las matemáticas el más relevante en la isla de Cuba y en América no sajona el más reconocido; fue un enamorado de las matemáticas y se pasaba el día ideando, problemas, acertijos y juegos numéricos; una contraorden de Camilo Cienfuegos, quien defendía con devoción de alumno el trabajo de Aurelio Baldor, lo salvó de ir a prisión; la junta revolucionaria declaró la nacionalización del Colegio Baldor; y, en el exilio aprendió inglés y dictó cátedra en Saint Peters College, Nueva Jersey.
· Ideario de Baldor: su problema irresoluble no fue un problema algebraico, sino la revolución de Fidel Castro; en el Colegio Baldor distribuía justicia social por medio de becas y ayuda económica para los enfermos de cáncer; fue heredero de los ideales libertarios de José Martí; el Colegio Baldor que fue construido para cubanos, ahora lo ocupan 500 alumnos de la Unión Europea; y, era un hombre devoto de Dios, de la patria y de su familia
· Baldor en el exilio: no fue feliz fuera de Cuba; el exilio tenía el sabor de piña verde; y, sucumbió en el ostracismo nostálgicamente esperanzado con el retorno.
· El Baldor humano: Por los corredores del colegio se le veía con un cigarrillo en la boca, recitando frases de Martí y con su Algebra bajo el brazo; dedicaba las tardes a sus pasiones: leer, crear ejercicios matemáticos y fumar; fue muy analítico, de fachada severa y no dejaba traslucir sus emociones; se esforzó en la educación de sus hijos y cada uno encontró la profesión de sus preferencias, pero irónicamente, ninguno siguió el camino de las matemáticas; fumó su último cigarrillo el 2 de abril de 1978 y a la mañana siguiente cerró los ojos, murmuró la palabra Cuba por última vez y se durmió para siempre.


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