sábado, 20 de septiembre de 2008

Movimiento Estudiantil de 1968




2 DE OCTUBRE.

Firje. Educomentarios 2008.



PROLOGO. Muchas situaciones son producto de los extremos, por lo tanto, muchas decisiones tienen que ser excesivas, en otras ocasiones el origen de un hecho es sin importancia y termina siendo trascendental, es más, un suceso espontáneo termina siendo parte de una confabulación, en otras, un movimiento que pretende ser una revolución termina siendo una algarada que solo radicaliza, así como este párrafo confuso, terminó siendo el movimiento estudiantil de 1968 que culminó con la matanza del 2 de octubre en la Plaza de las Tres Culturas. Con motivo del cuadragésimo aniversario de este acontecimiento y con el deseo de contribuir en la controversia histórica que se ha originado, como contemporáneo enterado, presento esta relación de hechos que son parte de mi cultura y que pueden despertar un sentimiento o una curiosidad para profundizar en ellas.

EL PRINCIPIO. En la última semana de julio/1968, un grupo de estudiantes de las vocacional 2 del Instituto Politécnico Nacional se enfrentaron contra estudiantes de la preparatoria particular "Isaac Ochoterena" dependiente de la Universidad Nacional Autónoma de México, fue un pleito estudiantil de los muchos que había por razones de partidarismo deportivo o por antipatía escolar. "Los granaderos" de el cuerpo policiaco de la ciudad de México, que era la fuerza represiva del gobierno, disolvió el pleito y ocupó las vocacionales deteniendo a varios estudiantes. Por lo que se consideró una agresión de la policía, varias escuelas entraron en paro de labores, en respuesta los granaderos y el ejército incursionaron en algunas de ellas con lujo de violencia, como en la Preparatoria 1 de San Ildefonso, donde penetraron mediante un basucazo al portón de entrada que era una reliquia histórica de la etapa colonial.

AUTONOMIA UNIVERSITARIA. Los hechos suscitados se consideraron una flagrante violación de la autonomía universitaria, eso dio motivo a que el rector de la UNAM, Javier Barros Sierra, el 1 de julio, condenara públicamente los hechos, en la explanada universitaria izó la bandera a media asta, se pronunció a favor de la autonomía de la máxima casa educativa de México, exigió la libertad de los estudiantes de la Preparatoria 1 a los que calificó de presos políticos y encabezó una marcha estudiantil universitaria que partió de CU y recorrió la avenida insurgentes

EL CONSEJO NACIONAL DE HUELGA. El 2 de agosto, sucedió un hecho inédito e inusitado en la vida académica del país, este fue la integración de la mayoría de las instituciones de educación superior, particulares y oficiales, en un organismo rector del movimiento estudiantil que se llamó Consejo Nacional de Huelga (CNH) , formado por estudiantes de todas las clases sociales y maestros de: la Universidad Autónoma de México, el Instituto Politécnico Nacional, las Escuelas Normales oficiales y particulares, el Colegio de México, la Escuela Nacional de Agricultura de Chapingo, La Universidad Iberoamericana, El Colegio Lasalle y algunas Universidades Estatales.
EL CNH desplazó el 4 de agosto a la Federación Nacional de Estudiantes Técnicos (FNET) y presentó un pliego de peticiones que contenía los siguientes puntos:
1). Libertad a los presos políticos. 2). Derogación de los artículos 145 y 145 bis del Código Penal Federal (instituían el delito de disolución social). 3). Desaparición del cuerpo de granaderos. 4). Destitución de los jefes policíacos. 5). Indemnización a los familiares de todos los muertos y heridos desde el inicio del movimiento. 6). Deslindamiento de responsabilidades de los funcionarios culpables de los hechos sangrientos.
EL COMBATE. Desde el 26 de julio y hasta el 2 de octubre, la Ciudad se vio envuelta por un movimiento estudiantil popular a favor de las libertades democráticas, que comprendió marchas normales y de silencio, mítines normales y relámpago, huelgas en las escuelas públicas de educación media superior y superior, pintas de bardas y camiones, miles de asambleas, edición de millones de volantes, cientos de miles de pegas, centenares de manifiestos, brigadas en toda la ciudad, debates entre intelectuales, discusiones entre padres e hijos, conmoción, división y confusión en la iglesia católica, apoyo y descalificación por parte de los partidos políticos, y, guerra de declaraciones entre líderes estudiantiles y representantes del gobierno(nuevasociedad.org).

VALIO EL SACRIFICIO. El apoyo popular que tuvo el movimiento; la organización y la disciplina manifiesta en sus marchas de protestas, principalmente, en la “marcha del silencio” con 300 000 manifestantes; la desmitificación de la “deidad presidencial”; el movimiento fue generador de fervor, pasión, dignidad e ideales en la juventud, y, la influencia que ejerció el movimiento en los cambios democráticos, sociales y educativos que se dieron posteriormente en la vida de la nación.

LAS ARMAS. No eran fusiles, sin embargo, los lemas y las pancartas, hirieron hasta lo más profundo: “Los profesores reprobamos al gobierno por su política de terror”; “Libros si, bayonetas no”; “al hambre no se le doma, se le educa”. Entre las consignas coreadas estaban: ¡Liberad presos políticos! ¡Che, Che, Che Guevara! ¡Unete pueblo…! ¡México libertad! ¡Diálogo, diálogo!… ¡Sal al balcón hocicón!.

¡PUEBLO UNETE!. Las brigadas estudiantiles realizaban el boteo, el reparto de volantes y los mítines relámpago, estos últimos con el fin de evitar la represión policíaca y de agitar y agrupar a la población. Durante los mítines relámpago había numerosos casos en que los que ahí congregados defendían al orador cuando atacaban los granaderos. La gran simpatía que el Movimiento había logrado también se demostraba con el actuar de los sectores populares, por ejemplo, en los mítines relámpago que realizaban en mercados les regalaban todo tipo de mercaderías; en las marchas se unían espontáneamente vendedores ambulantes, boleros y niños periodiqueros, además de algunos trabajadores organizados. Al paso de las marchas se oían atronadores aplausos y gritos de apoyo a los estudiantes formándose enormes vallas a las orillas de las manifestaciones. (nodo50.org)

TLATELOLCO: 2 DE OCTUBRE. Diez días antes del inicio de los Juegos Olímpicos, el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz liquida a sangre y fuego el movimiento estudiantil, entre 200 y 300 jóvenes mueren sacrificados por disparos en la Plaza de Tlatelolco, también conocida como Plaza de las Tres Culturas. Muchos más que los muertos fueron los detenidos. El gobierno mantuvo la tesis de que fueron los estudiantes quienes iniciaron el tiroteo, sin embargo es un secreto a voces, que fueron agentes provocadores infiltrados, de gente vestida de civil (Batallón Olimpia) con guante blanco en la mano izquierda los que iniciaron el fuego indiscriminado ante una señal de un helicóptero.

Testimonio. Diana Rivera es hermana de una de las víctimas de Tlatelolco, su hermano Guillermo (Chomy) era un adolescente de 15 años en el momento de ser abatido y muerto por tres impactos de bala. Asistió al mitin de Tlatelolco sin pertenecer a ninguna organización.
Ella también se dirigía hacia allí: «Sin embargo, ya no pudimos entrar a la plaza. Los soldados habían bloqueado la zona y nosotros nos quedamos atrás de los tanques. Unos jóvenes que huían nos dijeron: “Están matando a todo mundo”. No había necesidad de que nos lo dijeran; nosotros escuchábamos los disparos y olíamos la pólvora.
Pensamos en ese momento que la represión era más selectiva, que sólo se disparaba contra los dirigentes. No imaginábamos que el tiroteo fuera contra el grueso del mitin». Su hermano cayó herido de muerte tras los primeros disparos, supieron que lo habían trasladado a un hospital militar.
Seguimos a la ambulancia que entró finalmente al edificio del Servicio Médico Forense y allí murió. Allí vi la cosa más espantosa: las planchas eran insuficientes, por lo que estaban repletas de cadáveres amontonados, unos encima de otros (uce.es/DEVERDAD).

“Que nunca más, haya en México una gota de sangre por expresar nuestras ideas”.

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