miércoles, 7 de noviembre de 2007

Los maestros deben o debemos...


Reconoce Gerardo Montenegro fallas dentro del magisterio.
Nayaritpuntocom. 2007/05/25. Imagen JPEG.

El Senador de la República Gerardo Montenegro Ibarra: Confesó que"los maestros deben o debemos comprometernos a tomar como premisa, como bandera, como causa fundamental la calidad de la educación".
Añadió que es necesario cumplir a cabalidad con un calendario de 200 días, entre otras cosas, además de ir ampliando la presencia de los niños en las escuelas.
Finalmente, afirmó que otra de las razones por la cual la educación en México está en crisis, se debe a la pobreza que impera en muchos hogares mexicanos

Comentario de Nayarit: educom I

Opinión mal entendida vertida por el senador Gerardo Montenegro Ibarra el cual demuestra que sus argumentos siguen siendo los mismos que viene manejando cada vez que lo entrevistan al respecto. Ser hijo del “lider moral” del magisterio no le da la capacidad para hablar de la problemática educativa, porque los conocimientos no se heredan ni se maman, sino, se aprenden para no usarlos como estribillo aprendido de memoria.
Quien nunca a tomado el gis y no conoce lo que es el quehacer docente, no tiene la calidad moral, ni profesional para considerar que los “maestros deben tener como premisa la calidad de la educación”, ellos la tienen y si no la practican es por que en los años de dominio de su progenitor se ha desvirtuado la docencia, debido a que quienes gozan de las prebendas escalafonarias son los y las que de cerca se dedican a satisfacer los intereses políticos de “quien tiene” el control educativo en la entidad, el Senador sabe de quién se trata por ser su inmediato beneficiario.
Senador, las verdaderas causas que originan los resultados desastrosos de la educación en Nayarit son la simulación, la corrupción, la amoralidad y el nepotismo, las cuales tienen un mismo origen (la Sección 20) y un solo propósito (el cacicazgo), para crear un emporio político para la familia Montenegro y que está a punto de hacerse realidad, si la sociedad civil no es capaz de detener este desaguisado histórico.
El Senador peca de candoroso al referirse al cumplimiento de los 200 días del calendario escolar, como si no conociera la operatividad de las “reuniones cochuperas”, las de dar línea con los líderes regionales, las de organización con la estructura, las previas por rotación, las definitivas de asistencia total y las que sean necesarias todas con asistencia por “convencimiento”. Imposible cumplir y menos en los ciclos de política electoral (2007-2008).
Al referirse a la pobreza de los hogares, como dice su hermano Aníbal, hay que escuchar a los enterados, como la investigadora Sylvia Schmelkes, quien bajo el auspicio del Instituto Internacional de Planificación Educativa de la UNESCO comprobó que no es la pobreza un factor que determinaba la ineficiencia educativa, sino que ésta depende del trabajo del director, los maestros, del compromiso de los padres y de la relación de la escuela con la comunidad. Lo anterior, en una bien entendida interrelación educativa y no con el gandallismo político acostumbrado. Las otras referencias del Senador son pura palabrería.

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