domingo, 13 de septiembre de 2009

Examen Nacional de Habilidades y Competencias


REPROBADOS: Aspirantes a Maestros
Enfir. Educomentarios. Vocero del Norte


Claro, no es para asustarnos (porque compete a las autoridades de SEP, aceptarlos o no) que el 75 % de los aspirantes a ocupar una plaza u horas en educación hayan "reprobado", tampoco lo es que tan solo el 25 % lo haya "aprobado". Lo que si debe preocuparnos, es que el 30% de los 123 mil (aceptables y no aceptables como dice que son el Secretario de Educación Pública) que se presentaron al examen Nacional de Habilidades y Competencias son profesores en servicio en los niveles de educación básica, esto sí es neurálgico, como también lo es, que de los 31 mil aceptables, 22 mil requieren alguna nivelación académica para incorporarse al sistema. El objetivo se cumplió, ya que con ello se seleccionaron a los mejores que se presentaron al examen de selección. Para ser justo, se cumplió el propósito fundamental de un proceso que otorga empleo a los profesores que están mejor preparados, aun cuando para este caso, el otorgamiento se hace a los menos mal preparados, este grado de calidad lo ponemos en tela de duda, por desconocer el instrumento utilizado.

El presidente Felipe Calderón aseguró que en México las plazas para los maestros ya no se “transan” ni tampoco se consiguen por compadrazgo o amiguismo, sino que se someten a concurso, pero eso es un delirio que para el próximo ciclo escolar tendrán que presentar sus resultados de manera embustera, porque lo que sucedió con el examen de selección de 2009-2010, es escandaloso. Se corrobora la anterior apreciación con la forma en que se aplica, se vigila, se manipula y se dan a conocer los logros de la Prueba Enlace, resultados que son ocultados para la investigación y para la opinión pública, resultados que las autoridades de gobierno y educativas las presentan “maquilladas”. De tal forma, el Examen Nacional de Habilidades y Competencias, sus efectos se anulan, con tan solo situar las plazas y horas de concurso en los lugares más lejanos de los centros urbanos, provocando mañosamente la renuncia de los agraciados en el examen, posteriormente, el otorgamiento se hace por amiguismo o por servicios prestados de toda índole y sin rendirle cuenta de ello a nadie. De la misma manera sucede con plazas y horas que resultan de las licencias, renuncias y jubilaciones, las cuales son más numerosas que las que se concursan.

La anterior situación que fue ampliamente publicitada, da razón a quienes consideran que la organización y la administración del Sistema Educativo Nacional es un rotundo fracaso, a pesar de la Profesora Elba Esther Gordillo, quien es la que lo manipula y por lo tanto, es la que tiene que “sacarle las castañas del fuego a la presidencia de la república”, esforzándose por justificar los malos resultados culpando a las instituciones formadoras de docentes y aprovechando la ocasión, para acentuar su propuesta de reconvertirlas en escuelas de turismo y otros servicios. Como siempre, fue tanta la vehemencia de la maestra por echarle la culpa a las normales de la mala preparación de sus egresados, que en su discurso al tratar de desviar la atención pública, cometió el senil error de referirse a la “influencia AHLNL”.


La llamada Alianza Educativa entre el gobierno y el SNTE, es una simulación que se ha convertido más en un acuerdo político que en un programa con resultados satisfactorios y de la que intentan eximir de culpas a la profesora, los diputados y diputadas de la bancada de su partido el PANAL, quienes argumentan que “el problema de la educación no es un asunto de una sola persona” y tienen razón, porque son muchos los responsables al cien por ciento del fracaso educativo a nivel nacional, son los caciques magisteriales, los que no deben sustraerse de la responsabilidad, dejando que el magisterio de base sea vituperado, como lo hace el publicista Carlos Alazraki Grossmann en la Carta a los Aspirantes a Maestros Reprobados y que curiosamente como para pensarse, encontré en la web http://setebc.wordpress.com, de fecha julio 17 de 2009 (un mes antes de que se diera a conocer por la prensa nacional), del Sindicato Estatal de Trabajadores de la Educación de Baja California.


No son pocos los que exigen que los docentes en escuelas públicas y particulares, en todos los niveles (básico, medio superior y superior) demuestren su condición profesional, porque como lo dijo (de los dientes para fuera) la líder del SNTE: “la labor de educar, actualmente, no es nada fácil, pues los niños son más exigentes, mucho más informados, reclaman de maestros y maestras con una gran vocación, pero mucho mejor equipados en todos los sentidos para poder realizar una gestión educativa muy distinta a la que resultaba útil en los años previos”. “Una raya en el agua”, pero la educación actual, la que se otorga al pueblo mexicano y que en mucho es producto de la sabiduría pedagógica de la “Educadora de América”, de ninguna manera sería útil para las generaciones que se educaron hasta antes del advenimiento de la eminente maestra al “liderazgo moral” del otrora glorioso Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación.

Posiblemente estén bien fundamentados, muchos de los ataques que al magisterio oficial les endilgan, cada vez son más hirientes y despojados de la empatía con la que la sociedad lo trató. Desde que el magisterio se dejó envilecer por líderes morales, esta realidad lacera la honra y la reputación, de los verdaderos maestros que de hecho y no de retórica, dejaron y dejan su vida al servicio de la educación.


Es cierto que los calificativos injuriosos involucran a todos los maestros, porque todos sin distingos recibimos las lisonjas “como en cualquier ceremonia, siempre así se nos ha hecho sentir y ni hemos aclarado nada como tampoco protestado” (1), por dicha, todavía hay muchos que se entregan por amor al oficio y a “buscar la perfección, aunque no la alcancen” (1), los cuales aguantan estoicos, burlas, ofensas y perjuicios, porque su responsabilidad exhibe y hunde en el desdoro a los irresponsables, en estos últimos se encuentra el compromiso de recuperar los créditos perdidos, claro, si es que no llegan a ser envilecidos por representantes oficiales y sindicales, como hasta ahora ha venido sucediendo. Estos sí, sufridos educadores que tienen mística de la otrora escuela mexicana y no la de Elba Esther, merecen que haya quién los motive con las palabras sabias que brotan de la responsabilidad cumplida y que se deben dar con más frecuencia, para leerse y releerse, algo que no se desea que se olvide, como esto: “del futuro de la humanidad somos culpables todos, pero como responsables solo los maestros, porque este rol social para nosotros se creó” (1).

(1) J. Santos Partida.

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