Nazarenos de la Educación
Enrique Figueroa Romero. Educomentarios.
Hay muchas razones para que el servicio educativo no se otorgue a los beneficiarios con la calidad educativa que se requiere. Muchas funciones de contenido, tecnología, administración, organización y supervisión, se han desvirtuado, restado importancia y hasta eliminado, todo ello, por incluir dentro del proyecto académico, nuevas actividades y comisiones, que crean una mezcla de roles entre los docentes, directivos de plantel y supervisores. Este barullo, inevitablemente contribuye a que caigan en la confusión de atribuciones y responsabilidades, con ello, convirtiendo los planteles educativos, en "casa del jabonero, en donde el que no cae resbala", por lo que, se va en detrimento de la cada vez más cuestionada, imperceptible, intangible, proterva, nefanda y disoluta: calidad educativa.
Para establecer responsabilidades en esta falacia, los análisis se dirigen al interior de los planteles, para detallar causas, deficiencias, conductas, actitudes, carencias, desempeños, cumplimientos, etc., lo que casi siempre sirve para vituperar a quienes se encuentran más cerca del sujeto de educación, los padres de familia, profesores, directivos y personal de apoyo educativo, quedando pendiente de juicio, los que a la postre vienen siendo los máximos responsables, los Supervisores o Inspectores Escolares. Estos funcionarios, con todas las facultades que se les otorga oficialmente y en sentido figurativo, deben ser los "flagelos" encargados de un funcionamiento correcto y eficiente de los planteles educativos y que me perdonen algunos amigos, los que tienen que rendir cuentas de los resultados obtenidos en sus escuelas a su digno y merecido cargo.
De acuerdo con la normatividad, las supervisiones ordinarias, las de compromiso, las que deben hacerse sin regatear, con viáticos y pasajes o sin esas compensaciones, deben dirigirse a la organización, planeación, administración, docencia, laboratorios y talleres y servicios educativos complementarios, antes, de asistencia y extensión educativa. Las anteriores áreas operativas dejan en segundo término los aspectos técnicos pedagógicos, los cuales deben ser abordados, donde los haya, por el jefe de enseñanza o asesor técnico pedagógico.
La carga burocrática que enfrentan los inspectores escolares al atender por lo menos 39 programas educativos, convocatorias y hasta emergencias sanitarias y de desastres, los exime de los cargos que pudieran hacérseles por la desatención de sus funciones normativas y por ende, cortar la cadena de responsabilidades en el Director de la escuela y que éste sea, como sucede, el que reciba todos los vituperios que se otorguen por el mal servicio que proporcionen sus escuelas, en todo caso, los supervisores escolares deberán seguir siendo el “paño de lágrimas” y el canalizador de los “lamentos en el desierto” de los padres de familia, porque además, eso es lo más cómodo ante sus superiores y no los compromete ante los representantes sindicales, hago la aclaración, que aunque los hay a quienes desagrada el papelito de oidor, corre ve y dile o de traidor, todos lo aceptan, porque es más cómodo que meterse en broncas al interior de las escuelas, las que abandonan a la mayor brevedad, ante la falta de respaldo oficial para resolverlas.
Lorenzo Gómez Morín, ex subsecretario de Educación Básica de la SEP, señala que la supervisión escolar, es la clave para la operación del cambio educativo. Transformación que no sucede, porque con toda la carga laboral no es posible que se pueda cumplir para lo que está. A riesgo de equivocarme, consideremos estas “mínimas actividades” que desempeñan estos “nazarenos de la educación”, entre otras:
1. Son responsables: del Proyecto Escolar, plan Anual De Trabajo, Estratégico de la Mejora Escolar, estratégico de Transformación Escolar y de Gestión.
2. Deben vigilar: Programas de Escuela Segura, Escuelas de Calidad, Escuelas de Tiempo Completo, Escuela Siempre Abierta y otras escuela para hacer labores de proselitismo político, pero además, son el vórtice que impulsa las distribuciones de la Cartilla Nacional de la Salud, de la Colecta Anual de la Cruz Roja y las obras en construcción de su zona.
3. Efectuar tareas de: vigilantes y amedrentadores en marchas y mítines, reuniones sindicales, festejos a los líderes sindicales y actividades electorales.
4. Deberán participar en: entrega de materiales y bibliografías editadas por SEP o gobiernos federal y de los estados, resguardo de uniformes escolares, paquetes escolares, colectas en desastres, concursos y competencias
5. Desempeñar el papel de “traidores”: “traigo los documentos del concurso, traigo los programas, traigo los libros de texto, traigo las estadísticas, traigo los informes, etc.”
6. Cumplir con las exigencias obligadas en las relaciones sociales: desayunos, comidas, sepelios, convivios, etc.
El fin de esta columna era responsabilizar a los Supervisores Escolares de los resultados que se obtienen en los planteles educativos, pero después de profundizar un poco en su rol, me doy cuenta que “haciendo fuera del bacín, ellos también tienen su calvario”.
Como Anillo al Dedo.
Los pavos y el pavo real (fusilata virtual)
En un corral vivían unos cuantos pavos. Gente de poca idea, muy vanidosos, haciéndose los importantes y creyendo serles merecido todo, se admiraban entre sí, aprobando siempre todos, con cloqueos entusiastas, cualquier pavada que dijese cualquiera de ellos, y bastaba que uno, hinchándose majestuosamente, dejase escapar un estornudo solemne, para que todos hicieran en coro: ¡glu, glu, glu!Con esto, andrajosos y presumidos, insaciables y de mal genio, buscaban camorra a quien no tuviera para ellos una admiración total.
Les llegó un día de visita un pájaro, al parecer su pariente, pero mucho más elegante en sus modales, bien vestido, aunque con cierta sencillez, más coludo que ellos, y un copetito brillante mucho más bonito que el horrible bonete violáceo que tenían en la cabeza. Lo empezaron, por supuesto, a mirar de reojo. Saludó él con gracia: contestaron ellos con solemnidad y se entabló la conversación. En lo mejor, el orador de los pavos, viendo que sus palabras poco efecto producían en el huésped, quiso hacerle una impresión irresistible y enseñarle que también ellos sabían ser bonitos; se puso tieso en las patas, estornudó fuerte y abrió la cola poniéndose la cara toda azul y colorada.
Todos sus compañeros lo imitaron, y quedó efectivamente estupefacto el pavo real, al ver tanta vanidad junta con tanta ignorancia. Quiso entonces enseñarles lo que realmente era digno de admiración, y ostentó, a su vez, el magnífico abanico de su cola. Al ver, al comprender su inimitable superioridad, los pavos se juntaron, y en son de guerra, se abalanzaron para destrozar lo que no podían igualar. El pavo real, alzando el vuelo, se asentó en lo alto del murallón y soltó la carcajada.