sábado, 9 de mayo de 2009

LA INFLUENZA EN MEXICO


En Tiempos de la Influenza


Enfir. Educomentarios
30/abril/2009 07:45 p.m. Como siempre sucede en estos casos, al principio se le restó trascendencia y se produjeron expresiones que la reducían a una simple gripe o “si me han de matar mañana que me maten de una vez”. Gradualmente, se informó: es estacionaria, es aviaria, es porcina y de las tres gripes de esta última, se comentó que correspondía a la A y B. Posteriormente, se le consideró una epidemia cuando se creía que afectaba a nuestro país, pero cuando afectó a otros países y en distintos continentes, alcanzó la categoría de pandemia. Conforme se le identificaba, escaló 4 de 6 niveles sin que preocupara extremadamente, luego causó honda preocupación cuando alcanzó el nivel 5 que es de alarma mundial. A partir de este nivel, se dio el aislamiento de nuestro país, la discriminación de los mexicanos en el extranjero, el descontrol de la economía, las medidas preventivas en muchos países, de los cuales los más desarrollados están semi preparados y los atrasados expuestos al ataque despiadado del mal.

Lo que sigue, el temor mundial es que se alcance el nivel 6, que es el del terror y el de la magnificencia de las consecuencias. Para darse una idea, a lo largo del siglo XX la humanidad ha enfrentado tres pandemias relacionadas con la Influenza, la cual ha ocasionado, la muerte de millones de personas:
1. L a influenza española de 1918 a 1919, que dio la vuelta al mundo en 4-6 meses, con ondas epidémicas de 2 años y que produjo la muerte de 40-50 millones de personas.
2. La influenza asiática de 1957, en la que murieron 2 millones de personas en el mundo.
3. La influenza Hong Kong en 1968, con 1 millón de muertes en el mundo, ha sido la más benigna.

Conforme nos vamos concientizando de que es, que ocasiona y sus consecuencias, nos percatamos que el problema es más grande que lo que se concibe y que su peligro está determinado por la importancia que le da la Organización Mundial de la Salud. La OMS es el organismo que en el sistema de las Naciones Unidas, establece las políticas, presta apoyo y vigila las tendencias en los asuntos sanitarios mundiales principalmente los que son una amenaza transnacional. La influenza mexicana, categoría despojada para darle la clasificación AH1N1 que nos descalifica como causantes de la epidemia y a los marranos como origen del virus, este mal virulento se ha desarrollado con una mediana rapidez que contrasta, con la que se ha presentado en otros países y en éstos últimos hay casos de infectados que no han visitado nuestro país, ni han tenido relación directa con mexicanos, siendo posible que su causalidad sea múltiple y por lo tanto, quedemos eximidos del nada agradable señalamiento.

El brote de influenza porcina que se originó en nuestro país y que ya se le conoce como AH1N1 y más fácil de recordar como gripe mexicana, se sabe de su existencia en nuestro país, porque el gobierno de Canadá avisó a autoridades mexicanas que un turista canadiense que visitó México se contagió del virus y se le detectó al llegar a Canadá, por lo que, las autoridades mexicanas deberían adoptar las medidas necesarias para combatir este problema. Desilusiona saber que dada la gravedad del caso, las autoridades sanitarias mexicanas ignoraran su existencia y que lo más probable, es que por falta de profesionalismo se haya tenido conocimiento por la alerta canadiense. Todavía más, es irritante tener conocimiento de la incapacidad de México de producir la vacuna contra el virus de la influenza porcina y saber que en 30 años pasamos de la suficiencia a la insuficiencia, en la producción de las vacunas del esquema básico de vacunación, además, raya en lo inverosímil que se haya desmantelado la infraestructura especializada y que se haya dejado de invertir en la creación de productos biológicos. De todo lo que ha trascendido, lo que más indigna, es que las autoridades mexicanas hayan desoído la alerta de la Organización Mundial de la Salud, que a partir de 1999 ha hecho con carácter de insistencia a las naciones a prepararse para problemas sanitarios como el que nos aqueja, creando laboratorios para desarrollar tratamientos de inmunización. El colmo, en el país solo existe una planta que produce vacuna contra la influenza, pero es para la estacionaria y a muchos nos consta de su insuficiencia cuando hemos recurrido a aplicárnosla.

La OMS, advirtió en 2005 que debido a que tan solo son diez países los productores de vacunas y como en una pandemia de influenza es prioritario disponer de suficientes vacunas, la mayoría de los países en desarrollo serian fácil presa de una ola de la pandemia, entre ellos México, éste país con la cantidad de vacunas y los antivirales que las autoridades han informado que disponen, sería incapaz de afrontar la pandemia, considerando que apenas es el principio y que puede prolongarse en la medida, que se tomen las medidas necesarias para reducir sus efectos, los cuales según la Organización Panamericana de la Salud, se requieren dos dosis por persona, por lo cual se estima que solo un 14 % tendría acceso a una vacuna en los primeros meses de la pandemia y en México tan solo tenemos unos días dentro de ella. Para ser más objetivo, según wradio.com 24/04/2009, en el hospital 20 de noviembre el personal médico informó que al momento se dispone de vacunas contra la influenza sólo para el personal que atiende los casos que presentan este cuadro. Además, comentaron que hay insuficiencia de vacunas, “no estamos preparados para atender casos en exceso”. El del Hospital 20 de Noviembre es el esquema general en el país y que en el peor de los casos, si se diera, nos situaría a disposición del virus de la influenza AH1N1 y las consecuencias parecidas a las de 1918, 1957 y 1968.
Frente al problema viral, se han dado las más diversas actitudes, tales como incredulidad, falsos rumores, negación de hechos, desobediencia civil, ignorancia masiva, desprecio a la vida, politización del mal, etc., pero ante la incertidumbre de lo que hay que enfrentar, lo más razonable es la previsión, la información, la prudencia y la disciplina, es decir, no esperar, sin aportar ayuda, que de lo divino llegue la solución de nuestros problemas, no es posible la sodomía original, porque no es cierto que: “la vida no vale nada”.

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