domingo, 27 de julio de 2008

Agustín Yáñez: El educador.


Escuela Normal Superior de Nayarit.

Enfir. Vocero del Norte. 03/07/2008


AGUSTÍN YÁNEZ. Vocero del Norte julio13/2008, da cabida a una columna de nuestro amigo Cesar Cruz, donde se reproducen apuntes bibliográficos del autor de "Al Filo Del Agua", entreverados entre pasajes de su vida como periodista, escritor, político y activista religioso. Aclarado por el investigador Cruz en el mismo semanario julio 20/2008, la aportación es inconclusa y queda la promesa de completarla, dando a conocer las contribuciones de tan insigne personaje en la faceta de educador, la razón que motiva a Cesar, es de que “mucho tuvo que ver en la educación de Nayarit”, obvio, durante su paso efímero de 1930-1931, como Primer Rector del Instituto de Ciencias y Letras, cargo que ocupó juntamente, con el de Director de Educación de Nayarit. Todavía eran aquellos tiempos de la etapa pos revolucionaria que se conoce como El Maximato, fue en el periodo presidencial de Pascual Ortiz Rubio y en funciones el gobierno estatal del insigne santiaguense Luis Castillo Ledón de 1930-1933. En ese tiempo Nayarit había dejado de ser territorialmente VII Cantón de Jalisco, pero todavía se conservaba el coloniaje intelectual jalisciense, representado por nayaritas que se formaron en Instituciones de Educación Superior de Guadalajara.

EL INSTITUTO DE CIENCIAS Y LETRAS. La idea fue concebida por el gobernador de la entidad y promovida por un grupo de maestros, entre otros, Amalia Castillo de Ledón, Esperanza Cárdenas Oria y Francisco Villegas Loera. Después de expedida la Ley de fundación, el gobierno del estado nombró como primer rector a Agustín Yánez que era miembro del grupo de intelectuales jalisciences con el que mantenía relaciones Don Luis. No hay fuentes donde investigar con detalle las aportaciones educativas de su administración como rector y director y lo que se sabe, es parte del mito de Agustín Yánez que trascendió en la entidad, durante su gestión como Secretario de Educación Pública en el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz y como consecuencia de las actitudes personales asumidas en contra de una institución tan representativa del Estado de Nayarit y tan querida a nivel nacional, como lo es, la Benemérita Escuela Normal Superior de Nayarit.
De ninguna manera pretendo contradecir lo que de manera personal expone Cesar Cruz y mucho menos, invadir o juzgar el enfoque de su aportación, no hay tal situación, simplemente estoy obligado como ex Director de la ENSN, no dejar pasar desapercibida la oportunidad que se presenta, para exponer sin irreverencia, cual es la carrera educativa de tan célebre personaje.

AGUSTÍN YÁNEZ, EL EDUCADOR. A los 19 años se inició como docente en la Escuela Normal para Señoritas, impartió cátedras en las Preparatorias de la Universidad de Guadalajara, de la Nacional de México y en la José Paz Camacho, también trabajó en el Colegio de la Paz Vizcaínas y en las Universidades Gabino Barreda, Femenina y en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Con excepción de la U de G y la UNAM, todas las demás son de corte confesional, lo que explica a medias, que en más de alguna ocasión se le haya señalado como opositor de la educación popular. Como Secretario de Educación Pública. Sus panegiristas ponderan: la promoción de las técnicas de aprender haciendo y enseñar produciendo en los niveles educativos de primaria y secundaria, la creación del Servicio de Orientación Vocacional, la introducción de la enseñanza por televisión, el impulso a la construcción de espacios educativos y la difusión de textos educativos para alumnos y maestros. A pesar de sus apologistas, no me queda más que señalar la irrelevancia de sus aportaciones como ministro de educación, su tecnología educativa y su didáctica televisiva fueron de aplicación regional muy limitada, es cierto la Orientación Vocacional se institucionalizó, pero la construcción de espacios educativos en gran escala se hace desde el periodo de Avila Camacho y la distribución de textos gratuitos desde el periodo de Adolfo López Mateos. Como Rector del Instituto y como Director de Educación en el Estado, poco se sabe a ciencia cierta, pero sí es parte del mito que se creo en la ENSN, que su corta permanencia se debió a los problemas que ocasionó su administración y que galantemente “se retiró o lo retiraron”.

EL MITO DE AGUSTÍN YÁNEZ EN LA ENSN. Su nombramiento como Secretario de Educación Pública alentó algunas expectativas de parte de la comunidad normalista, la etapa de su carrera educativa entre los nayaritas era esperanzadora, lo menos que se pensó fue en subsidios de la federación, otros más optimistas, hablaron de la federalización. Para lograrlo, se organizó una comisión que intentó entrevistarlo, pero en forma despectiva y a través de segundos, descartó toda posibilidad de entrevistarlo. De ahí para delante se sintió “mano negra” en las relaciones de la ENSN y la SEP, por parte de la SEP, se pretendió el desconocimiento de los títulos de la ENSN en la Dirección General de Profesiones; la Dirección General de Educación Media, primero limitó a carrera terminada el ingreso al subsistema y posteriormente, se ingresaba solo fuera del estado de Nayarit y en el cuarto año de la administración de Yánez, se manejó ¡nada para la Normal Superior de Nayarit! . La comunidad normalista capeó el temporal con muchas argucias y muchos favores de los amigos y simpatizantes de la ENSN que no pertenecían al México de Yánez y al mismo tiempo, se desquitó creando un vacío entre nuestra entidad y “el de Jalisco”, en lo personal no recuerdo ninguna visita a nuestra estado del funcionario, de igual forma, se creó el mito a base de calificativos que para los normalistas eran desahogo y para el funcionario eran méritos que se agregaban a su currículo de canonización, entre otras situaciones se le adjudicaba, que era cristero, que a mediodía se hincaba a la hora del repique y se deba golpes de pecho, que se comportaba como iracundo sacristán, que comulgaba mañana y tarde todos los dias del año, que se azotaba y dormía en cama de nopal los días festivos, que era del opus dei, que era acejotaemero y cristero, que era un mocho, que era muchas cosas más que por decencia no caben en mi columna, pero que tampoco eran los de: jalisciense polifacético, escritor fecundo y político entregado a sus correligionarios, calificativos que nadie le puede negar.

EL ENCONO DE AGUSTÍN YÁNEZ. En la ENSN, era motivo de comentario el encono de Agustín Yánez en contra de la misma y posiblemente, muchos de sus argumentos negativos de nuestra benemérita institución tenían algo de razón, pero la verdad, fue que el entonces Ministro de Educación trató de beneficiar a la confesional Escuela Normal Superior de la Nueva Galicia de Guadalajara que se encontraba en peligro de sucumbir, ante la aceptación masiva de los profesores de educación básica, que desde Guerrero hasta Baja california principalmente, incluyendo los de Jalisco, querían tener el honor de prepararse en la Escuela Normal Superior de Nayarit, la cual, alcanza nacionalmente niveles comparables al Instituto Federal de Capacitación del Magisterio en la instrucción y formación de docentes. De manera personal, soy de los que consideran que la actitud de Agustín Yánez en oposición de la ENSN, solo fue un desahogo pasional en contra de nuestro estado por algo que hirió sus sentimientos durante su estadía en la Rectoría del Instituto de Ciencias y Letras y la Dirección de Educación de Nayarit y es posible que así sea, si se considera el momento politiquero en el que se desenvolvió un gobierno que no culminó su periodo constitucional.

LA FILOSOFÍA DE AGUSTÍN YÁNEZ queda a la medida de este párrafo suyo: “ Yo quisiera que cuando pasara por la calle, toda mi popularidad, toda mi recomendación, toda mi hoja de servicios fuera: “mirad, ése es un periodista católico”. Yo quisiera que cuando duerma en el seno de la tierra, las manos de mis amigos en Jesucristo, grabaran al pie de la cruz que guarde mi transitoria morada, esta inscripción: ¡Aquí espera la limosna de una oración, un periodista católico!. Si de escoger se tratara, amigo Cesar Cruz, me quedo con la filosofía de Carlos A. Carrillo: “Mientras pueda hacer algún bien a la humanidad, me creo en la obligación de trabajar por ella, y aún cuando un sólo instante de vida me quedara, lo emplearía con gusto en el bien de la niñez”.

EPILOGO. Son indiscutibles los méritos de Agustín Yánez en cualquiera de las facetas en que se desempeñó: como escritor, su obra alcanzó la universalidad que han logrado los grandes mexicanos de las letras, por mencionar algunos, Juan Rulfo, Octavio Paz y Carlos Fuentes; como político, perdió proyección por su origen y estereotipia cristera que lo ubica en el campo del radicalismo religioso que nunca ocultó; como periodista, se desempeñó con honestidad y valor sin contenerse filosóficamente en tiempos que no le eran propicios; como funcionario, supo adaptarse en el devenir histórico y como José Vasconcelos y Jaime Torres Bodet, aportó su intelectualidad para prestigiar gabinetes presidenciales, ocupó cargos en la administración pública desde los de poca relevancia hasta los de gran importancia, como ser un modesto Secretario de Educación Pública y según sus paisanos uno de los mejores Gobernadores del Estado de Jalisco; como docente, tenía un gran físico, con apariencia hosca, actitudes severas y carácter cariñoso, condiciones que aunadas al gran dominio de su currículo, debió ser de los catedráticos que no se olvidan en cualquier nivel educativo.
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