sábado, 7 de marzo de 2009

LEY DEL MENOR ESFUERZO


Sin Hacer: Ser y Tener.


Enfir. EDUCOMENTARIOS



En la vida, todos queremos hacer, ser o tener y como la vida es tiempo y espacio, nos ubicamos en parte o en todos estos deseos. Antes de ahora, para realizar estos propósitos, había que hacer para poder ser y con ello poder tener, en la mayor parte de los casos era una norma no escrita que se cumplía con las consabidas excepciones a la regla, por lo tanto, se tenía en función de lo que se hacía y se era. Aún cuando haya muchos que en el “antes de ahora” se plantaron, ahora que debe ser el motivo de nuestras inquietudes, la regla se ha transformado, su concepto es más amplio y es de fácil observancia, que no solamente en los excepcionales, para tener no es necesario ser y mucho menos hacer, sino que se puede obtener todo lo que tiene valor “sin complicaciones y sin sobarse el lomo”.

Antes de ahora se deseaba, por admiración o por herencia, ser médico, licenciado, militar y como mi papá, casi nunca como la mamá que era la que hacía y no producía, por lo tanto, se tenía que hacer bastante para que se cumpliera el ser y luego con la ética que se aplicara, tener lo mucho o poco que se pudiera. Ahora, a las desvaloradas tradiciones de ser, se han agregado otros deseos que van de acuerdo a la realidad actual y que para lograrlos no es necesario esfuerzo y ética, porque además, con el concepto modificado de tiempo, espacio y moral, para tener que es el complemento de ser, es necesario aplicarnos a la Ley del Menor Esfuerzo, en otras palabras por el principio de “hacer menos para ser algo y lograr mucho más que lo que se es o se hace”.

Es un principio fácilmente entendido y generalizado desde el más encumbrado hasta el más desposeído, pero además, es una influencia notoria del ser humano. No es difícil intuir quien aplica esta ley en todos los estratos y en todos los órdenes, aun cuando la mayoría lo niegue, casi la totalidad ejercita esta generosa ley que nos da lo que no merecemos y que es inmerecida por que nacimos en un mundo que trabaja para tener y porque además, en el Génesis 3.16 como un castigo a nuestros “primeros padres” por andarse comiendo lo que tenían prohibido, está asentado que “debemos de comer el pan que se consiga con el sudor de la frente”. No obstante, se hace caso omiso de la ley bíblica o de todas las que reglamentan que para tener, hay que ser y para ser hay que trabajar.

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