Reforma 2006
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A mediados de los años noventa, la Academia de Matemáticas de la Zona Escolar 5 de Secundarias Generales en Nayarit, donde era Jefe de Enseñanza de Matemáticas tomaron el acuerdo de trabajar con este enfoque, a mediados de noviembre, me solicitaron una reunión urgente y me plantearon la necesidad de "mandar al demonio" la metodología acordada al principio del año escolar, argumentando, que de continuar no llegarían ni a una sexta parte del contenido programático y lo peor, no se estaba aprendiendo la asignatura. Estuve con ellos hasta 1999 y unos cuantos profesores continuaron, la verdad, el mínimo por convencimiento y el máximo por comodidad.
La reforma de 2006, el contenido programático (QUÉ O SABER) se agrupa en 3 ejes temáticos, uno para cada grado escolar. Los programas tienen una linea de continuidad a partir del primer y segundo eje, los cuales se inician en preescolar con el estudio del número y se le van incorporando conocimientos durante la primaria y la secundaria, el tercer eje, se inicia desde primer grado de primaria. Los ejes se desglosan en temas, subtemas y conocimientos y habilidades. Los propósitos relevantes (COMO O SABER HACER) dan énfasis en los aspectos que se deben estudiar y aprender y al establecimiento de vínculos entre los contenidos matemáticos abordados en los diferentes niveles de la educación básica. Los contenidos (POR QUÉ O SER) están reducidos a dimensiones didácticas que permitan al docente, el dominio pleno de lo que ha de enseñar y al alumno, la amplitud y la profundidad de lo que sea capaz de aprender. Los programas incluyen los elementos, la metodología y el enfoque para hacerlos pertinentes en el ámbito internacional. El alumno deberá ser capaz de construir conocimientos y desarrollar habilidades, en un sentido más amplio. Esta reforma, sin reconocimiento escrito de ello, recurre a los orígenes en dos aspectos principales: se sabe que contenidos se deben enseñar y aprender y su reducción, permite al profesor saberlos con propiedad y al alumno posibilidades de aprenderlas. Es necesario revisar la terminología empleada y su diferenciación, en la fundamentación curricular.
Estoy convencido que los intelectualismos que preceden a las reformas educativas, desde que las manejan los eruditos y más los seudo eruditos, por temor a tener que aprenderlas, producen un rechazo natural en profesores de nivel básico con una cultura más objetiva. En infinidad de ocasiones, aburridos e indiferentes a los discursos, los profesores me cuestionaban qué, como, por qué y hasta agregaban, cuánto, pero que se vaya a lo medular.
A destiempo, indudablemente estas reflexiones debí hacerlas al inicio y estoy optimista por el adelgazamiento de los programas, por la vinculación de los contenidos, por el fortalecimiento de las competencias didácticas y el dominio de los contenidos de los profesores, debo augurar sin deseo de equivocarme, que los resultados que se obtengan detendrán el crecimiento del rezago y que será el inicio de llegar a estándares menos deprimentes. Es necesario conocer opiniones de algunos de mis ex alumnos para tener una idea por donde se va. Por cariño a la Matemáticas, porque ellas me dieron reconocimiento y satisfacciones docentes, espero que esta reforma sea la panacea para que los escolares aprendan a no tenerle temor.
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1. Los ofrecimientos de enseñar Matemáticas en escuelas particulares de nivel medio básico y superior, que por consideración a la amistad, me hicieron algunos amigos a los que les agradezco la deferencia. 2. E l comentario previo al ofrecimiento que versó sobre la iniciativa de esas escuelas de reducir las sesiones de trabajo de algunas actividades, para incrementar las de Matemáticas, de tal manera, poder mantener sus estándares conseguidos en la Prueba Enlace. 3. El análisis personal de los resultados de las Pruebas Enlace y PISA. Desgraciadamente mis condiciones físicas me impiden regresar al banquillo, en cambio, para mejorar las mentales, me motivé para enterarme como anda el mundo escolar matemático de mí pos jubilación, por consecuencia, hice la siguiente retrospección.
La interpretación curricular de la matemática, como disciplina para enseñarse y aprenderse, donde un sujeto tiene que enseñar y otro sujeto tiene que aprender, está especificada en los contenidos programáticos de los cambios que se han dado desde 1926 hasta la fecha.
En el período de 1926 a 1974, el contenido (QUÉ) para primaria era: en Aritmética , el número con sus representaciones y las operaciones y sus aplicaciones; y, en Geometría, los conceptos euclidianos elementales. Cuando la educación evolucionó a secundaria, La Aritmética y la Geometría se hicieron generales y se introdujo el Algebra y sus aplicaciones, así como la Trigonometría. El proceso enseñanza - aprendizaje (COMO), en los primeros años, tenía carácter intuitivo, memorístico, repetitivo y el de la "regla de 900 centímetros cúbicos; en los años cuarenta y tantos, era el del libro de texto con influencia deductiva baldoriana; y, por los años sesenta en adelante, los libros que editaron los primeros profesores de Matemáticas egresados de la Escuela Normal Superior de México (Sánchez Meza, A. Caballero, E. Serralde, otros), pero ya con enfoque inductivo - deductivo. Los propósitos (POR QUÉ) de la enseñanza, fueron, primero que la matemática sirviera para resolver problemas de uso cotidiano, luego, que fuera antecedente de estudios superiores y por último, como herramienta para el desarrollo de la investigación tecnológica de avance.
Era una matemática aprendida en el devenir de los años por padres, hijos y profesores, todos ellos sabían respectivamente, como apoyar, que aprender y que enseñar, pero que además, cubría las expectativas de conocimiento del momento. Indudablemente, en la actualidad no nos serviría para resolver una Prueba PISA, pero si se obtendrían mejores resultados que los de 2006 en la Prueba Enlace, obvio, con amplitud y profundidad de ese tiempo.
En el período de 1975 a 1992, se incluyen a los contenidos programáticos (SABER), la Lógica Matemática y la Teoría de Conjuntos abordados como intelectualismos avanzados de Matemática Moderna, posteriormente, se agregan elementos de probabilidad y estadística. Los contenidos tradicionales se ampliaron y perdieron profundización. El proceso enseñanza - aprendizaje (SABER HACER) incluyó los objetivos generales y específicos, a la vez, sugerencias de actividades que tenían que ser conducidos por el profesor y realizadas por el alumno; los objetivos generales (SER) describían a donde se debía conducir la enseñanza. Estos eran múltiples y variados y los relacionados con la matemática estructural, tenían el propósito de incluir abstracciones que utilizaran los alumnos para desarrollar sus capacidades de reflexión, autoaprendizaje y aplicación, además, estar en contexto con el movimiento matemático que se vivía.
Personalmente no satanizo la Matemática Modernista, sus innovaciones todavía tienen muchos defensores. Creo que una reforma de tal envergadura no debió hacerse tan mal planeada, con tantas improvisaciones y con un existente tradicionalismo tan arraigado. Paralela a la aplicación, la capacitación fue derrotista, los profesores matemáticos asistían bloqueados y por razones de tiempo, terminaban abandonando su enseñanza. El error más grave, fue haber iniciado la reforma con alumnos de secundaria sin el mínimo antecedente en los temas nuevos, luego trataron de enmendar errores aplicándola en escuelas primarias, desaparecida de los programas de educación básica, subsistió en educación preescolar.
Siempre he creído que las reformas educativas deben implantarse en inicios generacionales e irse desarrollando, año por año, en los niveles educativos, pero el intelectualismo influyente, "con calzador" impone cuando tiene la oportunidad, snobismos sin experimentación y sin comprobación, simplemente, porque proporciona significación cultural y política. Con esta Matemática, se perdió el dominio sobre el contenido de la asignatura, ni profesores ni alumnos la comprendían y mucho menos, los padres de familia que terminaron rehuyendo el apoyo que antes proporcionaban a sus hijos en el aprendizaje de la matemática.
En el período de 1993 a 2005, el contenido programático no se altera y se considera en base a enunciados agrupados en cinco áreas que aluden a las ramas de las matemáticas, con excepción de la Estadística a la que se le da nombre de tema: Presentación y Tratamiento de la Información. El proceso enseñanza - aprendizaje de los enunciados queda a juicio del profesor y de autores del libro de texto, decidir que aspectos deben estudiarse y a que nivel de "profundidad y formalidad" debe llegarse. La reforma es de carácter enfáticamente metodológica y consiste en la aplicación de un proceso de enseñanza - aprendizaje por un método, con la secuencia invertida de otro método que ya se aplicaba desde 1975 o antes. La importancia de la metodología didáctica residía en el "enfoque de la resolución de problemas" como una manera de estudiar, enseñar y aprender matemáticas.
En esta reforma, en la que se sientan, supuestamente, las bases para "emprender un rumbo nuevo" , sin tomar en cuenta, propósitos, objetivos, metas o fines, siento que nos alejamos más de la Matemática que debe ser fundamento del propósito general que se planteaba: desarrollar las habilidades operatorias, comunicativas y de descubrimiento de los alumnos.En este período siguió la proclive hacia el fondo, porque así se demuestra con esos instrumentos como Las pruebas Enlace y PISA o con cualquier otro, que sea honestamente evaluado.
La interpretación curricular de la matemática, como disciplina para enseñarse y aprenderse, donde un sujeto tiene que enseñar y otro sujeto tiene que aprender, está especificada en los contenidos programáticos de los cambios que se han dado desde 1926 hasta la fecha.
En el período de 1926 a 1974, el contenido (QUÉ) para primaria era: en Aritmética , el número con sus representaciones y las operaciones y sus aplicaciones; y, en Geometría, los conceptos euclidianos elementales. Cuando la educación evolucionó a secundaria, La Aritmética y la Geometría se hicieron generales y se introdujo el Algebra y sus aplicaciones, así como la Trigonometría. El proceso enseñanza - aprendizaje (COMO), en los primeros años, tenía carácter intuitivo, memorístico, repetitivo y el de la "regla de 900 centímetros cúbicos; en los años cuarenta y tantos, era el del libro de texto con influencia deductiva baldoriana; y, por los años sesenta en adelante, los libros que editaron los primeros profesores de Matemáticas egresados de la Escuela Normal Superior de México (Sánchez Meza, A. Caballero, E. Serralde, otros), pero ya con enfoque inductivo - deductivo. Los propósitos (POR QUÉ) de la enseñanza, fueron, primero que la matemática sirviera para resolver problemas de uso cotidiano, luego, que fuera antecedente de estudios superiores y por último, como herramienta para el desarrollo de la investigación tecnológica de avance.
Era una matemática aprendida en el devenir de los años por padres, hijos y profesores, todos ellos sabían respectivamente, como apoyar, que aprender y que enseñar, pero que además, cubría las expectativas de conocimiento del momento. Indudablemente, en la actualidad no nos serviría para resolver una Prueba PISA, pero si se obtendrían mejores resultados que los de 2006 en la Prueba Enlace, obvio, con amplitud y profundidad de ese tiempo.
En el período de 1975 a 1992, se incluyen a los contenidos programáticos (SABER), la Lógica Matemática y la Teoría de Conjuntos abordados como intelectualismos avanzados de Matemática Moderna, posteriormente, se agregan elementos de probabilidad y estadística. Los contenidos tradicionales se ampliaron y perdieron profundización. El proceso enseñanza - aprendizaje (SABER HACER) incluyó los objetivos generales y específicos, a la vez, sugerencias de actividades que tenían que ser conducidos por el profesor y realizadas por el alumno; los objetivos generales (SER) describían a donde se debía conducir la enseñanza. Estos eran múltiples y variados y los relacionados con la matemática estructural, tenían el propósito de incluir abstracciones que utilizaran los alumnos para desarrollar sus capacidades de reflexión, autoaprendizaje y aplicación, además, estar en contexto con el movimiento matemático que se vivía.
Personalmente no satanizo la Matemática Modernista, sus innovaciones todavía tienen muchos defensores. Creo que una reforma de tal envergadura no debió hacerse tan mal planeada, con tantas improvisaciones y con un existente tradicionalismo tan arraigado. Paralela a la aplicación, la capacitación fue derrotista, los profesores matemáticos asistían bloqueados y por razones de tiempo, terminaban abandonando su enseñanza. El error más grave, fue haber iniciado la reforma con alumnos de secundaria sin el mínimo antecedente en los temas nuevos, luego trataron de enmendar errores aplicándola en escuelas primarias, desaparecida de los programas de educación básica, subsistió en educación preescolar.
Siempre he creído que las reformas educativas deben implantarse en inicios generacionales e irse desarrollando, año por año, en los niveles educativos, pero el intelectualismo influyente, "con calzador" impone cuando tiene la oportunidad, snobismos sin experimentación y sin comprobación, simplemente, porque proporciona significación cultural y política. Con esta Matemática, se perdió el dominio sobre el contenido de la asignatura, ni profesores ni alumnos la comprendían y mucho menos, los padres de familia que terminaron rehuyendo el apoyo que antes proporcionaban a sus hijos en el aprendizaje de la matemática.
En el período de 1993 a 2005, el contenido programático no se altera y se considera en base a enunciados agrupados en cinco áreas que aluden a las ramas de las matemáticas, con excepción de la Estadística a la que se le da nombre de tema: Presentación y Tratamiento de la Información. El proceso enseñanza - aprendizaje de los enunciados queda a juicio del profesor y de autores del libro de texto, decidir que aspectos deben estudiarse y a que nivel de "profundidad y formalidad" debe llegarse. La reforma es de carácter enfáticamente metodológica y consiste en la aplicación de un proceso de enseñanza - aprendizaje por un método, con la secuencia invertida de otro método que ya se aplicaba desde 1975 o antes. La importancia de la metodología didáctica residía en el "enfoque de la resolución de problemas" como una manera de estudiar, enseñar y aprender matemáticas.
En esta reforma, en la que se sientan, supuestamente, las bases para "emprender un rumbo nuevo" , sin tomar en cuenta, propósitos, objetivos, metas o fines, siento que nos alejamos más de la Matemática que debe ser fundamento del propósito general que se planteaba: desarrollar las habilidades operatorias, comunicativas y de descubrimiento de los alumnos.En este período siguió la proclive hacia el fondo, porque así se demuestra con esos instrumentos como Las pruebas Enlace y PISA o con cualquier otro, que sea honestamente evaluado.
A mediados de los años noventa, la Academia de Matemáticas de la Zona Escolar 5 de Secundarias Generales en Nayarit, donde era Jefe de Enseñanza de Matemáticas tomaron el acuerdo de trabajar con este enfoque, a mediados de noviembre, me solicitaron una reunión urgente y me plantearon la necesidad de "mandar al demonio" la metodología acordada al principio del año escolar, argumentando, que de continuar no llegarían ni a una sexta parte del contenido programático y lo peor, no se estaba aprendiendo la asignatura. Estuve con ellos hasta 1999 y unos cuantos profesores continuaron, la verdad, el mínimo por convencimiento y el máximo por comodidad.
La reforma de 2006, el contenido programático (QUÉ O SABER) se agrupa en 3 ejes temáticos, uno para cada grado escolar. Los programas tienen una linea de continuidad a partir del primer y segundo eje, los cuales se inician en preescolar con el estudio del número y se le van incorporando conocimientos durante la primaria y la secundaria, el tercer eje, se inicia desde primer grado de primaria. Los ejes se desglosan en temas, subtemas y conocimientos y habilidades. Los propósitos relevantes (COMO O SABER HACER) dan énfasis en los aspectos que se deben estudiar y aprender y al establecimiento de vínculos entre los contenidos matemáticos abordados en los diferentes niveles de la educación básica. Los contenidos (POR QUÉ O SER) están reducidos a dimensiones didácticas que permitan al docente, el dominio pleno de lo que ha de enseñar y al alumno, la amplitud y la profundidad de lo que sea capaz de aprender. Los programas incluyen los elementos, la metodología y el enfoque para hacerlos pertinentes en el ámbito internacional. El alumno deberá ser capaz de construir conocimientos y desarrollar habilidades, en un sentido más amplio. Esta reforma, sin reconocimiento escrito de ello, recurre a los orígenes en dos aspectos principales: se sabe que contenidos se deben enseñar y aprender y su reducción, permite al profesor saberlos con propiedad y al alumno posibilidades de aprenderlas. Es necesario revisar la terminología empleada y su diferenciación, en la fundamentación curricular.
Estoy convencido que los intelectualismos que preceden a las reformas educativas, desde que las manejan los eruditos y más los seudo eruditos, por temor a tener que aprenderlas, producen un rechazo natural en profesores de nivel básico con una cultura más objetiva. En infinidad de ocasiones, aburridos e indiferentes a los discursos, los profesores me cuestionaban qué, como, por qué y hasta agregaban, cuánto, pero que se vaya a lo medular.
A destiempo, indudablemente estas reflexiones debí hacerlas al inicio y estoy optimista por el adelgazamiento de los programas, por la vinculación de los contenidos, por el fortalecimiento de las competencias didácticas y el dominio de los contenidos de los profesores, debo augurar sin deseo de equivocarme, que los resultados que se obtengan detendrán el crecimiento del rezago y que será el inicio de llegar a estándares menos deprimentes. Es necesario conocer opiniones de algunos de mis ex alumnos para tener una idea por donde se va. Por cariño a la Matemáticas, porque ellas me dieron reconocimiento y satisfacciones docentes, espero que esta reforma sea la panacea para que los escolares aprendan a no tenerle temor.